Empatía

Arreglé mis equipos, tomé mi mochila y emprendí rumbo como si fuera un trabajo, pero por primera vez al llegar a la locación y encontrarme cómodo para iniciar las fotografías entregué mi cámara a la persona que tenía en frente y me tocó posar.
Fue una decisión ya prevista, pero no iba mentalizado ni preparado para esto, quería vivir la experiencia lo más limpia posible, sin crear expectativas ni mucho menos, pero ¿Por qué? La verdad quería aumentar mi empatía con el cliente a la hora de enfrentar un trabajo, quería vivir lo que se siente estar al otro lado del objetivo.
Esto iba más allá, el no querer perder el encanto por la fotografía ni el aprecio, puede ocurrir que la frialdad con la cual muchas veces se trata a quien posa para la fotografía genera una incomodidad que se traspasa al fotógrafo y empieza a desencantar.
El capturar el momento inmortalizando un segundo preciso no es solamente encontrar el encuadre perfecto, enfocar y hacer "click" en el disparador sino por sobre todas las cosas es saber muy de piel que se quiere transmitir, que mensaje capturar, que quiere demostrar la persona o incluso el paraje, es generar empatía, con tu entorno, con los novios, con el joven, con la señorita, con quien esté frente a ti, entregando un segundo de su vida en tus manos para que lo transformes en inmortal.